TAU 2015 UNSAM
Paz Castillo . Pablo Vela . Carolina Kogan (UNSAM)
Jorge Arcila Losada . Gustavo Díaz Cardona (UN Colombia)
Daniela Paula Fernández . Verónica Maximov . Nelson Romero . Nicolás Gauna (UNSAM)
Érica Hassan (UP)
Leandro Rodríguez . Juan Pablo Gauto (UNGS)
Melinna Layton Herrera . Santiago Marulanda (UN Colombia)
Paz Castillo . Pablo Vela . Carolina Kogan (UNSAM)
Jorge Arcila Losada . Gustavo Díaz Cardona (UN Colombia)
Daniela Paula Fernández . Verónica Maximov . Nelson Romero . Nicolás Gauna (UNSAM)
Érica Hassan (UP)
Leandro Rodríguez . Juan Pablo Gauto (UNGS)
Melinna Layton Herrera . Santiago Marulanda (UN Colombia)
¿Cuándo fue que el suburbio creció con tal desatención?
¿Cuándo dejó de ser paisaje el río? ¿Cuándo dejamos de bañarnos en su rivera?
¿Cuándo fue que el agua creció sobre lo que era suyo y lo entendimos como una catástrofe natural?
¿Cuándo fue que se llenaron de basurales los bajos?
¿Cuándo familias enteras construyeron sus casas sobre esa basura?
¿Cuándo hicimos los caminos que atravesaron ríos e interrumpieron cauces?
¿Cuándo fue que arrojamos nuestros residuos al río como a una cloaca?
¿Cuándo?
¿Podemos poner fecha a estas dinámicas, a estos cambios?
¿Podemos rastrear, como un arqueólogo, las marcas de ese momento en que dejamos de ver por primera vez lo que sucedía al lado, encima, debajo?
¿Podemos reproyectar un pasado desde ese momento en que nos habitó el descuido?
¿Si el proyecto puede lanzarse al futuro, porqué no imaginar la inversión de ese viaje en el tiempo?
Imaginar que un día, ya no importa bien cuándo, atendimos a las dinámicas de la ciudad, a las del río, a las de la basura, a las de aquellos en busca de una casa, un descanso, un paseo.
Imaginar que todo esto no era tan incompatible como pensamos, que había una pequeña fisura -en cada una de esas dinámicas particulares- por donde se filtrara la posibilidad de su comunión.
Los procesos, si bien dinámicos, fluctuantes, dejan huellas. A algunas, otros procesos las borran, o se encargan de borrarlas ellos mismos. El territorio es testigo silencioso de esta historia, pero también es producto de ella. ¿Cómo operar en él sin perder de vista que el cambio lo constituye? ¿Cómo dar lugar a que suceda el encuentro en el tiempo?
Pensar en una infraestructura que guíe, que habilite el despliegue de la ciudad en el territorio, que permita su densificación, que construya paisajes, que potencie la vida del habitante en él, que sugiera rumbos, nuevas direcciones; que sea capaz de albergar las actividades que pueden definir un habitar intenso del lugar: huertas, deportes, paseos, talleres, espacios de encuentro, de aprendizaje. Que de lugar al cambio en el tiempo, abierta.
Imaginar una infraestructura que festeje el convivir con el agua en todas sus dimensiones: canales, laguna, llanura de inundación, humedal.
¿Cuándo dejó de ser paisaje el río? ¿Cuándo dejamos de bañarnos en su rivera?
¿Cuándo fue que el agua creció sobre lo que era suyo y lo entendimos como una catástrofe natural?
¿Cuándo fue que se llenaron de basurales los bajos?
¿Cuándo familias enteras construyeron sus casas sobre esa basura?
¿Cuándo hicimos los caminos que atravesaron ríos e interrumpieron cauces?
¿Cuándo fue que arrojamos nuestros residuos al río como a una cloaca?
¿Cuándo?
¿Podemos poner fecha a estas dinámicas, a estos cambios?
¿Podemos rastrear, como un arqueólogo, las marcas de ese momento en que dejamos de ver por primera vez lo que sucedía al lado, encima, debajo?
¿Podemos reproyectar un pasado desde ese momento en que nos habitó el descuido?
¿Si el proyecto puede lanzarse al futuro, porqué no imaginar la inversión de ese viaje en el tiempo?
Imaginar que un día, ya no importa bien cuándo, atendimos a las dinámicas de la ciudad, a las del río, a las de la basura, a las de aquellos en busca de una casa, un descanso, un paseo.
Imaginar que todo esto no era tan incompatible como pensamos, que había una pequeña fisura -en cada una de esas dinámicas particulares- por donde se filtrara la posibilidad de su comunión.
Los procesos, si bien dinámicos, fluctuantes, dejan huellas. A algunas, otros procesos las borran, o se encargan de borrarlas ellos mismos. El territorio es testigo silencioso de esta historia, pero también es producto de ella. ¿Cómo operar en él sin perder de vista que el cambio lo constituye? ¿Cómo dar lugar a que suceda el encuentro en el tiempo?
Pensar en una infraestructura que guíe, que habilite el despliegue de la ciudad en el territorio, que permita su densificación, que construya paisajes, que potencie la vida del habitante en él, que sugiera rumbos, nuevas direcciones; que sea capaz de albergar las actividades que pueden definir un habitar intenso del lugar: huertas, deportes, paseos, talleres, espacios de encuentro, de aprendizaje. Que de lugar al cambio en el tiempo, abierta.
Imaginar una infraestructura que festeje el convivir con el agua en todas sus dimensiones: canales, laguna, llanura de inundación, humedal.
